jueves, 9 de abril de 2009

TURBO DISTRITO ESPECIAL PORTUARIO

Cuando escribí este ensayo, todavía gozabamos de este privilegio, por eso, la etiqueta de entrada,
qué ironía: Turbo Distrito Especial Portuario.

EL FUTURO DE LA GESTIÓN CULTURAL EN URABÁ

LA CULTURA DE LA MANO CON EL CAMBIO SOCIO-POLÍTICO DE TURBO”

(ENSAYO)

Por:

CASTILLO DÍAZ CONCEPCIÓN

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

REGIONAL DE URABÁ

TURBO

TURBO, 10 DE NOVIEMBRE DE 2007

LA CULTURA DE LA MANO CON EL CAMBIO SOCIO-POLÍTICO DE TURBO

(ENSAYO)

Es placentero para los habitantes de una población saber que su terruño ha sido escogido entre muchos otros, para afrontar nuevos retos desde el punto de vista administrativo, y que irán a redundar en una mejor forma de vida para toda su comunidad. Es el caso del Puerto Internacional de Turbo, que ahora es erigido como Distrito Especial Portuario, nominación ésta que lo lleva a estar a la vanguardia del desarrollo socio-económico, político y cultural de Urabá, al lado de otras ciudades representativas de este hermoso País colombiano.

Desde el punto de vista socio- económico, la cultura se verá beneficiada por las múltiples oportunidades de crecimiento y de cambio que esta distinción acarrea, y con ello también, una nueva propuesta en el campo educativo llamada Gestión Cultural, la cual está haciendo sus primeros pinitos en la región, con el propósito de fundamentar y de enriquecer el inmenso emporio artístico y cultural que es patrimonio propio de esta tierra, y que en los últimos años se ha venido enriqueciendo con los nuevos aportes que han hecho los habitantes que han arribado a esta localidad procedentes de los distintos lugares vecinos y circunvecinos, los que por muchas circunstancias han tenido que desplazarse de sus lugares de origen.

Desde la época de los 70, la región de Urabá y con ello, el municipio de Turbo, han sido cuna de diferentes eventos y manifestaciones culturales representados en cada uno de sus artistas, exponentes y baluartes de su folclor y de su cultura, y que en sus inicios de vida municipal fue poblado por colonos procedentes de los Departamentos del Chocó, Córdoba y de la Costa Norte Caribeña, especialmente de la ciudad de Cartagena, debido a los constantes intercambios comerciales de productos agrícolas y otras modalidades de comercio, vía fluvial, en grandes embarcaciones con muchas facilidades de desplazamiento entre sus puertos, lo que dio origen a ese conocido arraigo cultural similar al del pueblo bolivarense, con gran derroche de alegría y de mucha creatividad al momento de celebrar y mostrar su casta y su tradición ancestral.

Con el transcurrir de los años, vino el desarrollo y el crecimiento urbanístico de esta población, debido a la construcción de nuevas vías carreteables y la facilidad de comunicación con las otras poblaciones del interior del país, lo que permitió la gran confluencia y la fusión de las distintas etnias asentadas en su territorio, hecho éste que vino a expandir y a potenciar aún más sus fortalezas culturales con nuevos ritmos y aires musicales y las nuevas expresiones y tendencias dancísticas, junto a la participación de la cultura centroamericana, la cual se introdujo en su medio con sus sonidos afro caribeños y con la innovación de un ritmo llamado reguetón y otras expresiones que se han aculturizado en su territorio.

Con todo este potencial de argumentos artísticos, la Gestión Cultural se presenta como el instrumento mediador de las expresiones culturales entre sus actores de turno como lo son los cultores y los entes gubernamentales para lograr la consolidación definitiva de la cultura como agente de desarrollo social de la comunidad en general. Pero para ello se necesita reconocer el valor individual y el valor de la diversidad cultural presente en esta región, a través de mecanismos que garanticen la preservación de las identidades existentes, las cuales se hayan amparadas en las normas jurídicas legales y en las normas institucionales dispuestas para tal fin para que ayuden a fortalecerlas y así lograr una distribución más equilibrada y una mejor inserción en el mercado de bienes y servicios culturales, especialmente el de su patrimonio turístico con el que se propenderá impulsar proyectos intersectoriales en el ámbito de las futuras negociaciones comerciales nacionales e internacionales.

En los últimos años el sector cultural se encuentra en una constante dinámica de transformación, vivida a remolque de los cambios que sufren las sociedades ante los efectos de la globalización y otros fenómenos sociales y culturales de gran trascendencia. En poco tiempo se han renovado e incorporado conceptos, desplomándose certezas y apareciendo nuevas incertidumbres en los horizontes de los agentes culturales de la región, los cuales han de operar en unas realidades sociales y económicas cada vez más difíciles e injustas y la adecuación a estos nuevos escenarios culturales.

Como lo recuerda Lamo Espinosa en documento “Una Propuesta De Las Ciudades Para El Desarrollo Cultural”: “la cultura siempre ha presentado dificultades de adaptarse con prontitud a los cambios sociales, tecnológicos y económicos, y responder ágilmente a las transformaciones sociales que conlleva”. Desde este punto de vista, la carrera de Gestión Cultural podrá ser tomada como el punto de apoyo para el estudio, fortalecimiento y estructuración del potencial artístico existente en la zona, tendiente a implementar una nueva fusión cultural en la Región de Urabá, pero con la ayuda de personas comprometidas con esta tarea, y conocedoras de la gran importancia que para el desarrollo y beneficio de una sociedad posee el cultivo de la cultura, con nuevos perfiles ocupacionales que garanticen su perdurabilidad, y la reafirmación de las investigaciones de su patrimonio cultural tangible e intangible a fin de salvaguardar y difundir la memoria pluricultural que encierra esta región, especialmente el municipio de Turbo. Afirmando que la cultura significa civilización, ésta se podrá edificar siempre a partir de unos valores que den paso a unos derechos y deberes que quedan fundamentados en los ordenamientos jurídicos. La reciente globalización y su indudable dimensión cultural adolecen de marcos de referencia internacionales y de acuerdos que permitan gestionar el carácter público, comunitario o constituyente de la cultura, más ahora con la oportunidad que se le presenta a la Región de Urabá con la nueva estratificación del municipio de Turbo erigido Distrito Especial. La lucha contra la pobreza y la inclusión social constituyen aspectos fundamentales en este proceso. A la vez, la cultura no puede desarrollar su dimensión constituyente sin una participación ciudadana más profunda, sin abordar los mecanismos de construcción de la identidad, sin implicar la nueva ciudadanía procedente de las migraciones recientes, sin valorizar la solidaridad para con nuestros conciudadanos, sin incorporar las identidades múltiples y en evolución, sin priorizar la educación y la cultura como aspectos transversales de la vida de las personas.

Leyendo a Lamos Espinosa, éste confirma lo anterior cuando expresa en sus escritos, que durante el siglo XX, casi todas las sociedades deben aprender a proyectarse hacia el futuro a partir de un pasado donde el patrimonio, en sus múltiples presencias (desde el patrimonio arqueológico al patrimonio etnológico), tenga un papel fundamental. Además asegura, que en los primeros años del siglo XXI, la combinación de interconexión y saturación de información han fragilizado algunos ecosistemas culturales, especialmente en aquellas áreas geográficamente periféricas o socialmente deprimidas y, en donde se deben crear nuevos entornos urbanos favorables al desarrollo cultural y además la creación de espacios públicos, evitando una privatización de los mismos. Al mismo tiempo afirma que la globalización ha permitido poner en valor tanto algunas culturas locales “congeladas en el tiempo” como destacamento de aquellos casos de hibridación creativa entre la tradición y la innovación. Y finaliza diciendo, que el patrimonio (tangible e intangible) y la memoria constituyen elementos básicos del desarrollo cultural.

En esta primera década del siglo XXI, muchas organizaciones públicas y privadas, han colaborado desinteresadamente con la promoción y difusión del patrimonio cultural urabaense, realizando diferentes eventos, con el único propósito de mostrarle a las demás regiones de Colombia, que en este lugar hay un inmenso potencial de riqueza cultural dispuesto a ser mostrado ante el público que lo desee, y afirmando con mucho respeto, que éste no tiene nada que envidiarle a las otras regiones del país. Esta es otra prueba más para afirmar que la Gestión Cultural en Urabá tiene un futuro promisorio, y que su estudio se podrá seguir difundiendo a través de aquellas instituciones que presten su concurso en esta zona, sin temor a pensar en el fracaso de esta nueva innovación curricular.

La creación artística, en todos sus formatos y situaciones, desde las creaciones de las primeras comunidades hasta la creación de las grandes metrópolis, constituye una de los elementos esenciales de transformación de la realidad social. La creación conjuga tanto el compromiso del mundo del arte con las realidades de cada momento histórico, y con la existencia de derechos asociados a la creación. Si la participación en la experiencia cultural, especialmente artística constituye, hoy, uno de los elementos claves para la configuración de una ciudadanía más comprometida y para la profundización de la democracia, elementos como la formación artística, la pedagogía del arte, la formación de redes y la financiación de la cultura, cobran una importancia en este medio; desde este punto de vista, la perspectiva profesional de la cultura aunque haya sufrido grandes debates entre su finalidad social y la necesaria eficacia de sus acciones, es necesario y de suma importancia una profesionalización de su encargo social dentro de la gestión de la cultura, que conviva con un mercado de trabajo (oferta y demanda) de profesionales de acuerdo con las necesidades de las políticas y las organizaciones culturales.

Retomando todas las concepciones anteriores, se podrá aseverar que la Gestión Cultural, ha nacido como el pilar normativo de todos aquellos hechos o acontecimientos que se puedan encuadrar en un marco legal bajo la figura de arte en todos los sentidos de la palabra, de tal manera que ésta nueva experiencia pedagógica pueda alcanzar la trascendencia esperada en la fusión con su vínculo curricular, y poder tener la certeza que su relación con los futuros gestores y con su medio de aplicación, sean un éxito y den los resultados esperados por todos los actores comprometidos con su creación y desarrollo.

En este orden de ideas, la Gestión Cultural y su praxis en la Región de Urabá le espera un futuro promisorio, por que sin lugar a dudas, es en esta parte del territorio colombiano en donde las manifestaciones artísticas no han sido estudiadas, ni explotadas a fondo, y en donde el potencial socio- cultural es uno de los más ricos y variados del continente por la confluencia de las diferentes etnias que en su territorio habitan; por ello aplicando la Gestión Cultural como fuente de investigación etnográfica, se vislumbra una industria de trabajo muy asertiva en la medida en que las personas encargadas de su fundamentación, como lo son los gestores culturales no lleguen a imponer, sino a seleccionar y reconstruir su propio saber en función de los resultados obtenidos en su estudio del contexto social de su mismo lugar, y trabajen de la mano con las diferentes entidades gubernamentales y que sepan valerse del posicionamiento de las nuevas políticas internacionales de globalización, para así darle el estatus que ésta se merece y sea aprovechada como fuente de trabajo del patrimonio cultural de esta región, utilizando los roles de emisor y receptor cultural de sus habitantes. Se entiende que para que la obra sea posible, debe haber una garantía de continuidad; resolviendo no solo la salvaguarda de sus valores tangibles, sino también implicando a la población residente, convenciendo a actores que tradicionalmente no se han visto involucrados en la acción, generando empleo y viviendas y todo lo relativo a ella, para que se pueda habitar dignamente, requiriendo de tiempo para obtener resultados serios, para dar continuación a los programas, para generar confianza en todos aquellos que deban participar y que serían muchos, pues se trata de una responsabilidad compartida, pero con una entidad líder que convoque, que concilie, pero que además tenga jerarquía para garantizar un proyecto a largo plazo, con acciones intermedias en el corto y en el mediano plazo, dentro de un espacio de creación y de transformación, con una convivencia sencilla entre las personas del lugar y las que visitan, entre todos y el ambiente, una relación que incorpore los nuevos conceptos de género y de inclusión, dentro de la escuela, biblioteca, en los hogares en el museo, etc., dando sin lugar a dudas un renacimiento de esperanza en el campo de la Gestión Cultural.

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