qué ironía: Turbo Distrito Especial Portuario.
EL FUTURO DE
“
(ENSAYO)
Por:
CASTILLO DÍAZ CONCEPCIÓN
UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA
REGIONAL DE URABÁ
TURBO
TURBO, 10 DE NOVIEMBRE DE 2007
(ENSAYO)
Es placentero para los habitantes de una población saber que su terruño ha sido escogido entre muchos otros, para afrontar nuevos retos desde el punto de vista administrativo, y que irán a redundar en una mejor forma de vida para toda su comunidad. Es el caso del Puerto Internacional de Turbo, que ahora es erigido como Distrito Especial Portuario, nominación ésta que lo lleva a estar a la vanguardia del desarrollo socio-económico, político y cultural de Urabá, al lado de otras ciudades representativas de este hermoso País colombiano.
Desde el punto de vista socio- económico, la cultura se verá beneficiada por las múltiples oportunidades de crecimiento y de cambio que esta distinción acarrea, y con ello también, una nueva propuesta en el campo educativo llamada Gestión Cultural, la cual está haciendo sus primeros pinitos en la región, con el propósito de fundamentar y de enriquecer el inmenso emporio artístico y cultural que es patrimonio propio de esta tierra, y que en los últimos años se ha venido enriqueciendo con los nuevos aportes que han hecho los habitantes que han arribado a esta localidad procedentes de los distintos lugares vecinos y circunvecinos, los que por muchas circunstancias han tenido que desplazarse de sus lugares de origen.
Desde la época de los 70, la región de Urabá y con ello, el municipio de Turbo, han sido cuna de diferentes eventos y manifestaciones culturales representados en cada uno de sus artistas, exponentes y baluartes de su folclor y de su cultura, y que en sus inicios de vida municipal fue poblado por colonos procedentes de los Departamentos del Chocó, Córdoba y de
Con el transcurrir de los años, vino el desarrollo y el crecimiento urbanístico de esta población, debido a la construcción de nuevas vías carreteables y la facilidad de comunicación con las otras poblaciones del interior del país, lo que permitió la gran confluencia y la fusión de las distintas etnias asentadas en su territorio, hecho éste que vino a expandir y a potenciar aún más sus fortalezas culturales con nuevos ritmos y aires musicales y las nuevas expresiones y tendencias dancísticas, junto a la participación de la cultura centroamericana, la cual se introdujo en su medio con sus sonidos afro caribeños y con la innovación de un ritmo llamado reguetón y otras expresiones que se han aculturizado en su territorio.
Con todo este potencial de argumentos artísticos,
En los últimos años el sector cultural se encuentra en una constante dinámica de transformación, vivida a remolque de los cambios que sufren las sociedades ante los efectos de la globalización y otros fenómenos sociales y culturales de gran trascendencia. En poco tiempo se han renovado e incorporado conceptos, desplomándose certezas y apareciendo nuevas incertidumbres en los horizontes de los agentes culturales de la región, los cuales han de operar en unas realidades sociales y económicas cada vez más difíciles e injustas y la adecuación a estos nuevos escenarios culturales.
Como lo recuerda Lamo Espinosa en documento “Una Propuesta De Las Ciudades Para El Desarrollo Cultural”: “la cultura siempre ha presentado dificultades de adaptarse con prontitud a los cambios sociales, tecnológicos y económicos, y responder ágilmente a las transformaciones sociales que conlleva”. Desde este punto de vista, la carrera de Gestión Cultural podrá ser tomada como el punto de apoyo para el estudio, fortalecimiento y estructuración del potencial artístico existente en la zona, tendiente a implementar una nueva fusión cultural en
Leyendo a Lamos Espinosa, éste confirma lo anterior cuando expresa en sus escritos, que durante el siglo XX, casi todas las sociedades deben aprender a proyectarse hacia el futuro a partir de un pasado donde el patrimonio, en sus múltiples presencias (desde el patrimonio arqueológico al patrimonio etnológico), tenga un papel fundamental. Además asegura, que en los primeros años del siglo XXI, la combinación de interconexión y saturación de información han fragilizado algunos ecosistemas culturales, especialmente en aquellas áreas geográficamente periféricas o socialmente deprimidas y, en donde se deben crear nuevos entornos urbanos favorables al desarrollo cultural y además la creación de espacios públicos, evitando una privatización de los mismos. Al mismo tiempo afirma que la globalización ha permitido poner en valor tanto algunas culturas locales “congeladas en el tiempo” como destacamento de aquellos casos de hibridación creativa entre la tradición y la innovación. Y finaliza diciendo, que el patrimonio (tangible e intangible) y la memoria constituyen elementos básicos del desarrollo cultural.
En esta primera década del siglo XXI, muchas organizaciones públicas y privadas, han colaborado desinteresadamente con la promoción y difusión del patrimonio cultural urabaense, realizando diferentes eventos, con el único propósito de mostrarle a las demás regiones de Colombia, que en este lugar hay un inmenso potencial de riqueza cultural dispuesto a ser mostrado ante el público que lo desee, y afirmando con mucho respeto, que éste no tiene nada que envidiarle a las otras regiones del país. Esta es otra prueba más para afirmar que
La creación artística, en todos sus formatos y situaciones, desde las creaciones de las primeras comunidades hasta la creación de las grandes metrópolis, constituye una de los elementos esenciales de transformación de la realidad social. La creación conjuga tanto el compromiso del mundo del arte con las realidades de cada momento histórico, y con la existencia de derechos asociados a la creación. Si la participación en la experiencia cultural, especialmente artística constituye, hoy, uno de los elementos claves para la configuración de una ciudadanía más comprometida y para la profundización de la democracia, elementos como la formación artística, la pedagogía del arte, la formación de redes y la financiación de la cultura, cobran una importancia en este medio; desde este punto de vista, la perspectiva profesional de la cultura aunque haya sufrido grandes debates entre su finalidad social y la necesaria eficacia de sus acciones, es necesario y de suma importancia una profesionalización de su encargo social dentro de la gestión de la cultura, que conviva con un mercado de trabajo (oferta y demanda) de profesionales de acuerdo con las necesidades de las políticas y las organizaciones culturales.
Retomando todas las concepciones anteriores, se podrá aseverar que
En este orden de ideas,
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